El día 28 de marzo, a las 7 de la mañana, comenzaba para nosotros una gran aventura… íbamos a estar una semana conviviendo con una familia inglesa y ¡asistiendo a un colegio inglés! Todos nos hacíamos las mismas preguntas: ¿Me habrá tocado una buena familia? ¿Me gustará la comida? ¿Echaré de menos a mis padres? A pesar del madrugón del viaje, nadie durmió en todo el trayecto, ni en el autobús a Barcelona ni en el avión a Newcastle. ¡Estábamos demasiado nerviosos!
Después de bastantes horas, finalmente llegamos a nuestro destino. Nos dirigimos al colegio (GEMS) donde nos esperaban las familias anfitrionas. Cada uno de nosotros, por parejas, nos fuimos con ellas a pasar nuestra primera noche. Al principio, yo personalmente, me sentía insegura de mí misma porque tenía miedo de hablar en inglés. ¡Quizá los ingleses se iban a reír de mis fallos! Pero ¡qué va! Poco a poco, fui perdiendo la vergüenza y al final, hablaba tanto como en mi propia casa.
De entre todas las actividades que realizamos durante esta semana, me gustaría destacar el museo de Beamish, Anlwick Castle y el Grainger Market. ¡Fueron muy divertidas! Además, el tiempo nos respetó y no llovió nada excepto el último día. También me gustaría mencionar las increíbles instalaciones del colegio GEMS. Tenía un campo de hierba natural ¡que parecía infinito! Como anécdota graciosa, comentar que los alumnos ingleses, cada vez que nos veían nos saludaban en español con su marcado acento inglés.
A casi todos se nos pasó la semana volando, parecía que acabábamos de llegar cuando ya estábamos celebrando la fiesta de despedida en la discoteca del colegio. ¡Qué pena! Todo ha resultado genial: las familias, el colegio, el tiempo, las excursiones…
Mi recomendación para los alumnos que vayan a Newcastle el próximo año es que no sean tímidos y que aprovechen la experiencia desde el primer día. ¡Seguro que lo pasan fenomenal!
Irene Monasterio 5º C