Los alumnos de 1º de Bachillerato, como cada año nos fuimos de aulas. Esta vez el destino era Valencia, y no hay nada mejor como adelantar la semana santa dos días estando en una ciudad diferente todo el curso junto.
En Valencia hicimos diferentes actividades. Cuando llegamos dimos un paseo en bici por el centro de la ciudad. En este recorrido cada grupo teníamos un guía que nos iba explicando sobre la historia de Valencia, los monumentos emblemáticos… Pasamos por muchas callejuelas, plazas y parques hasta llegar a la ciudad de las Artes y las Ciencias. Gracias a esta actividad tuvimos la oportunidad de tener un contacto más cercano con la ciudad de Valencia. Por la tarde fuimos a la playa hacer deportes acuáticos. Ninguno pensábamos que caer mil veces de la tabla de surf o volcar en la canoa podía ser tan divertido y generar tantas risas. Finalmente, y tras el cansancio de todo el día llegamos al colegio El Pilar de Valencia en donde pasamos la noche.
Al día siguiente fuimos al Oceanográfico, el acuario más grande de Europa. La visita constaba de dos partes: En una de las ellas se nos dio la oportunidad de descubrir el Oceanográfico por nuestra cuenta. Todos nos quedamos impresionados con la gran variedad de animales que había procedentes de todo el mundo. Alucinamos viendo tiburones nadando encima de nuestras cabezas; como animales tan grandes como las belugas convivían con otros más pequeños o la debilidad de muchos: los pingüinos. Pero sin duda lo más divertido fue el espectáculo de delfines, en donde los veías haciendo acrobacias de todo tipo.
En la segunda mitad de la visita dimos un paso más allá, nos adentramos en el mundo técnico del Oceanográfico. Vimos lo que no se ve. Todo el esfuerzo que las personas que trabajan allí hacen para que las condiciones de la vida marina sean perfectas, y para que estos animales que viven en el Oceanográfico se encuentren a gusto.
Este viaje, en donde teníamos el buen tiempo como aliado, ha supuesto descubrir una nueva ciudad, conocer más rincones de nuestro país y todo ello englobado por el compañerismo y la buena sintonía que había entre nosotros.
Crónica de Cristina Ubalde, alumna de 1º Bachillerato