Hace una semana nos reuníamos en la iglesia del colegio padres, profesores y alumnos para despedir a la promoción de este año de 2º de Bachillerato.
119 alumnos se graduaban y hacían memoria de su paso por el colegio. Hubo momentos para la emoción, para la risa, incluso para las lágrimas. Hubo discursos, hubo reconocimientos, hubo aplausos. Hubo como dicen las palabras que jalonan la entrada a la iglesia «vida en abundancia». Es bonito ver que esos niños y niñas que un día llegaron de la mano de sus padres al colegio, salir de él más altos, más independientes dispuestos a seguir aprendiendo y construyendo su futuro. Sólo esperamos que lo hagan en beneficio de todos, también de los más débiles, que sean hacedores de paz y con ello bienaventurados.