El viernes fue un día grande: celebramos el día de nuestro fundador, el padre Guillermo José Chaminade, quien, contra viento y marea, en una época extremadamente convulsa – con la Revolución Francesa y un destierro tras de sí – creó la Compañía de María y la Familia Marianista.
Como buenos marianistas y con el fin de recordar la labor del Padre Chaminade, celebramos su día por todo lo alto.
Una de las mejores enseñanzas que nuestro fundador nos legó es la importancia de convivir, de compartir nuestro tiempo con los demás; así, tras las oraciones en la Iglesia, comenzamos el día con una chocolatada y muchos juegos en el Pabellon Goya, que los alumnos de Bachillerato preparan con todo el cariño para los pequeños de Infantil.
El deporte y todos los valores que encierra tienen mucho que ver con el espíritu marianista, por eso durante todo el día celebramos pequeñas competiciones deportivas en diferentes espacios del centro donde todos los alumnos y deportes tienen cabida.
Algunas de ellas son incluso internivel, como el tradicional partido de fútbol que cada años disputan los pequeños de 1º de Primaria contra las chicas de Bachillerato, y que este año ha tenido el privilegio de ser arbitrado por nuestra directora.
Los concursos, como medio de diversión y compañerismo, son una de las actividades favoritas de nuestros chicos y chicas.
De este modo, en ChamiChannel los alumnos de Primaria deben contestar correctamente una serie de preguntas tipo “quizz” sobre G. J. Chaminade en el menos tiempo posible para alzarse con el premio.
Y en Secundaria tiene lugar una de las competiciones más esperadas, el ChamiCheff, para el que los chavales, divididos por grupos, deberán preparar un plato de su elección que más tarde catará un selecto equipo de nuestros profesores más “foodies”.
Y por supuesto, teniendo en cuenta la enorme inspiración que la Vírgen supuso para el Padre Chaminade, no podíamos terminar el día sin una celebración en la Basílica del Pilar junto a nuestros compañeros del colegio marianista Bajo Aragón.
Se trata, sin duda, de uno de los días más divertidos y especiales para la Familia Marianista.