Vivir unas convivencias con tus compañeros de curso es genial, pero si además vives unas convivencias en contacto directo con la naturaleza, la experiencia es incluso mejor. Y esto es lo que hemos disfrutado los alumnos de 1º ESO en el comienzo de este curso 2019-20.
Nuestro destino fue Oto, en el Pirineo oscense. Una vez situados en el albergue que nos alojaría, la primera tarea del día sería disfrutar de la excursión, disfrutar del camino, y dejar nuestra huella. Después de pasar por Broto, la primera parada fue en las pozas de Fragen, que aunque muy fría, el agua nos ayudó en nuestra ruta. Tras el almuerzo, nos dirigimos hacia Torla, para volver a pasar por Broto, donde comimos, y llegar finalmente a Oto.
En los exteriores del albergue, tuvimos la ocasión de conocernos un poco mejor, compartiendo juegos y experiencias. La oración en la noche marcó el final de la jornada, pero el comienzo de una amistad y fraternidad para el resto del curso.
Al día siguiente, después de varias actividades a lo largo de la mañana y de la comida, volvíamos al colegio con la sensación de que realmente estas convivencias nos habían dejado una huella, de que realmente nosotros estamos DEJANDO HUELLA.