Orgullo, emoción y cariño en la Graduación de 2º de Bachillerato

Con orgullo, emoción y mucho, mucho cariño despedimos un año más a nuestras chicas y chicos de 2º de Bachillerato en su ceremonia de Graduación.

La mayoría de ellos llevan toda la vida con nosotros y, como parte de la familia marianista que son, celebramos todo lo que hemos compartido y les deseamos que la vida les sonría también fuera del colegio.

Un colegio en el que les recibiremos con los brazos abiertos por mucho tiempo que pase.

Porque este colegio siempre será SU CASA.

Queridos alumnos y alumnas, queridas familias, queridos profesores y querida comunidad marianista,

Estamos aquí viviendo un momento muy especial, estamos celebrando la vida, vuestra vida y vuestra historia en este colegio. Y este momento especial requiere palabras especiales, pensadas y meditadas. No se le puede preguntar a ChatGPT (o yo no se lo quise preguntar).
Preferí mirar vuestra orla, vuestros rostros jóvenes y bellos (sí, bellos, porque hasta los que ahora os ahora creéis patito feo os aseguro que no lo sois). Y al miraros pensé ¿qué les puedo decir que les llegue de verdad y no les suene a rollo de personas mayores? Porque soy consciente que la mayoría de los que estamos aquí, aunque nos sigamos creyendo jóvenes somos personas mayores o muy mayores a vuestros ojos.
Y opté por deciros lo que me sale del corazón, mi corazón mayor pero que también ha vivido momentos como éste, de cerrar una puerta y abrir otra. Y desde ahí, desde aquí os invito a cerrar esta puerta, sin portazos y con gratitud.

GRATITUD en primer lugar a aquellos que un día os trajeron de la mano a este colegio, con más nervios de los que podéis imaginar y que hoy os contemplan entre emocionados y sorprendidos de cómo pasa el tiempo. Gratitud porque, aunque hoy no seáis muy conscientes, esa mano que os trajo, sigue ahí, y atención al spoiler, seguirá mucho tiempo y del mismo modo que vuestra
sonrisa sostiene su vida, SU AMOR y SU CUIDADO han sido y serán red, paraguas y tirita en las vuestras.
Permitidme además que yo también aproveche este momento para agradecerles que os trajeran a este colegio, que no pilla precisamente a la puerta de casa y que nos confiaran lo más valioso que tienen y tenían.

GRATITUD también a todo lo vivido en el colegio, a todas las experiencias, a todas las personas con las que os habéis encontrado estos años. Algunos de ellos están ahora a vuestro lado y seguirán estando muchos años después porque son uno de los regalos más valioso que la vida nos hace, los amigos. Otros ya no están a vuestro lado. Habéis perdido un hermano, un amigo,
una amiga y no tengo palabras que amortigüen el dolor, ojalá no hubierais tenido que pasar por ello, pero os aseguro que su rostro y su nombre está junto a los vuestros en nuestros corazones.
Ni nos olvidamos, ni nos olvidaremos de YAGO y CANDELA que, de alguna manera, yo siento que también están hoy aquí.

Y a ellos y a todos vosotros quiero agradeceros también vuestro paso por el colegio. Y quiero agradecerlo todo: las risas, los enfados, los gestos cariñosos, las protestas… porque veros crecer en un privilegio que nos pertenece. Por eso, también mi gratitud para todos los educadores, a los que están aquí por su presencia y a todos por haberos acompañado todos estos años en el aula, en el comedor, en el deporte, en la música…. Porque, me consta, que sois para ellos más que un número y un pupitre y a pesar de nuestras equivocaciones, no habéis dejado de ser nunca el centro y el sentido de nuestro trabajo.
Y casi a la vez que cerráis, estáis abriendo una puerta, una puerta al futuro y a una vida fuera del colegio. Una vida en la que os invito a que haya siempre un lugar para la GENEROSIDAD, para el PERDÓN y para la ALEGRÍA.

GENEROSIDAD con la vida. No seáis tacaños con vuestros sueños ni con vuestros esfuerzos ni con vuestros horizontes. Buscad siempre la excelencia en lo que sois, en lo que hacéis y en lo que dais. No paséis por la vida de puntillas, gastaros en cada paso. La vida es un regalo tan valioso, que sólo está a la altura del regalo quien lo honra cada día.

GENEROSIDAD con los que la vida ponga en vuestro camino. Habéis recibido tanto, tenéis tantos talentos y se os abren tantas posibilidades que no os escondo el miedo a que los guardéis sólo para vosotros o que lo uséis para colocaros por encima de los demás. El papa Francisco decía que la única manera en que es lícito mirar a una persona de arriba para abajo es para
ayudarla a levantarse. Y yo, que os he visto volver a un área de servicio después de varios kilómetros porque alguien se ha dejado una mochila, pienso que ojalá seáis siempre así, personas dispuestas a pararos y acercaros cuando veáis a alguien tendido en el camino.

Deseo también que en vuestra vida haya un lugar para el PERDÓN y la misericordia. Como dice la canción “quien odia muere y quien perdona avanza” así que no dejéis que el rencor ate vuestros pies, antes bien intentad perdonad a quien os ofende y aprended también a equivocaros y a perdonaros a vosotros mismos.

Y para terminar, no seáis agelastas. ¿Qué quiere decir agelasta? Algo tan terrible como el que no sabe reir. Que eso no os ocurra. Que nadie ni nada os robe la alegría y apostad por ella hasta cuando duela, porque os aseguro que es el mejor modo de resistir y de existir.

Y si mucho después de abrir esta puerta, en algún momento del camino necesitáis un refugio, una parada, una palabra o simplemente recordar lo que fuistéis, nuestra puerta estará siempre abierta porque este colegio es y será siempre HOGAR para vosotros. Estáis en vuestra CASA.

Asun Utande. Directora General
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